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Este no es un artículo en el que contaremos el origen e historia de la raza Jack Russell; podrás encontrar fácilmente en internet artículos muy completos que te hablen del Reverendo Jack Parson Russell, así como de la morfología y estándar de esta raza.

Mi intención simplemente es hablar de los motivos por los que, de entre de las más de 300 razas de perros existentes, en CANEM nos hayamos decantado por trabajar con Jack Russell Terrier como perros de alerta médica.

El primer paso es investigar el origen de la raza elegida, su historia y utilidades en el pasado, ya que esto es definitorio a la hora de saber que tenemos entre manos. Si elijo un perro que en la antigüedad se utilizó para la guerra, es de suponer que tendré un perro más “duro” de lo normal; del mismo modo, me da pistas si en el pasado la raza elegida se utilizó para la caza o para tirar de un trineo.

Trabajar con un perro de raza, nos da la idea de cómo será como norma general pero, ¡ojo! no sería raro que un labrador retriever, cobrador por definición, se niegue a cobrar objetos, mostrándonos que el individuo a veces se niega de forma empecinada a comportarse tal y como el estándar de su raza indica.

Sin lugar a dudas se puede trabajar con un perro mestizo, en nuestro país tenemos entidades como Askal que están haciendo un gran trabajo con perros de asistencia especializados como perros señal para personas con problemas auditivos, y esto es de valorar ya que, desde mi punto de vista, trabajar con un perro mestizo por definición es más difícil porque perdemos la referencia de lo que como norma general esperamos encontrar en una raza en concreto.

Lo que hace del Jack Russell un perro ideal para trabajar como perro de asistencia especializado en alerta médica es, entre otras cosas, su gran capacidad de aprendizaje, ya que es vivo, listo y no cesa de aprender, siendo esta la base de cualquier perro de asistencia. Pero en esto el Jack Russell tampoco se diferenciaría de los mestizos, o de los Labradores y Golden Retriever utilizados de forma brillante por la Fundación ONCE como perros de asistencia para invidentes, o por la Fundación Bocalan como perro de asistencia para personas con autismo.

Desde mi punto de vista nos encontramos con tres claves que marcan la diferencia haciendo del Jack un perro ideal:

1- Su tamaño: los jack Russell son pequeños, rondan los 5 Kgs, lo que los convierte en fáciles de manejar, y son ideales para viajar en avión, tren o coche; ocupan poco espacio y todo lo que necesitan es de tamaño reducido, cama, transportín, hasta su saco de comida es pequeño.

2- Su Longevidad: curiosamente las razas pequeñas viven más años que las grandes, pudiendo llegar a los 16 años.

3- Su Equilibrio: los jack Russell se comportan de forma acorde a la situación, siendo juguetones y divertidos cuando debe serlo y tranquilos cuando la ocasión así lo requiere.

Pero no todo es fácil cuando se trata de un Jack Russell, ya que es una raza extremadamente activa y valiente. Todo aquel que conviva con uno habrá sufrido los picos de energía que le convierten durante unos minutos en un pequeño diablo de Tasmania, o sus retos a otras mascotas y personas de la casa.

Los Jack Russell preparados como perros de alerta médica, al estar centrados en el trabajo gastan casi toda su energía a través del olfato, energía que no gastará en hacer el mal. Este es el motivo principal por el que quien tiene un Jack como mascota suele sufrirlo y quien lo tiene como perro de asistencia lo disfruta.

De cualquier forma, pocas cosas hay más divertidas que vivir con un Jack Russell.

Como conclusión os digo que para gustos, las razas, y que gracias a su variedad encontramos perros de asistencia grandes y pequeños que ayudan a cientos de personas en nuestro país.

Desde aquí envío un saludo a todos aquellos usuarios que disfrutan de la ayuda de uno de estos perros y a aquellos que se esfuerzan en prepararlos cada vez mejor.

Juntos lo hacemos posible.